UN MUNDO MARAVILLOSO, DE LUIS ESTRADA

Hace seis años, Luis Estrada conmovió al público con “La ley de Herodes” que marcó un precedente en la historia del cine mexicano en el que pocas veces se había abordado de manera valiente el tema de la corrupción política del PRI así con todas sus letras, por lo cual la censura amenazó a esa cinta que, no obstante, fue realmente un éxito.
Ahora, el mismo director se embarca en otra aventura con “Un mundo maravilloso” donde con un tono de sátira política se adentra nuevamente en el mundo de la política, del foxismo y su supuesta etapa del cambio que nunca llegó, pero también se hace alusión al neoliberalismo que tantos pobres ha generado en nuestro país.
La iglesia tampoco se salva en esta radiografía social de México donde ricos y pobres son los protagonistas del filme que se ha estrenado generando polémica.
Luis Estrada reunió a un elenco de buenos actores, donde Damián Alcázar es el protagonista interpretando a una víctima más del neoliberalismo que lo ha sumido en la más completa ruina. Sin embargo, en el mundo irreal de los políticos no hay pobres porque ésta se ha acabado con fórmulas mágicas y casi por decreto.
Es por eso que cuando “Juan Pérez” (Damián Alcázar) desea llamar la atención al tratar de suicidarse porque no puede soportar más su adversa suerte, los tecnócratas del gobierno reaccionan airadamente tratando de persuadirlo para que no siga haciendo declaraciones adversas a la prensa en contra del gobierno el cual busca por todos los medios cuidar su imagen haciendo creer a la gente de que todo marcha bien.
Además de Damián Alcázar, en “Un Mundo maravilloso” actuán Ernesto Gómez Cruz, Plutarco Hazza, Cecilia Suárez, Jesús Ochoa, Pedro Armendáriz, entre otros, integrando un elenco que hacen de esta cinta una propuesta muy interesante.
En realidad es una postura valiente la que asume el director Luis Estrada que otra vez hace de la política el tema para hacer reflexionar al público acerca de cuestiones que a todos nos atañen como es el tener gobernantes que nos hablen con la verdad y no quieran pintarnos una realidad que no existe.
Por eso, en esta película cualquier semejanza con la realidad no es pura coincidencia, porque se habla de cuestiones que nada tienen que ver con la ficción.