EL SECRETARIO GENERAL NUMERO 15 EN 71 AÑOSConstituida el l2 de noviembre de l934, a menos de un año del ascenso a la presidencia de Lázaro Cárdenas, la Asociación Nacional de Actores (ANDA) ha pasado por periodos de auge, pero también ha estado marcada por momentos de crisis y escándalos en sus más de siete décadas de historia.
A partir del primero de abril comenzó a escribirse una nueva página con el recién electo comité ejecutivo nacional encabezado por Lilia Aragón, en medio de una crisis económica que ha afectad, como a otros muchos otros sectores, al medio artístico que se ha visto resentido con la pérdida de fuentes de trabajo que eclipsó la gestión del líder saliente Juan Imperio.
La ANDA tuvo sus antecedentes en el Sindicato de Actores Mexicanos, surgido en l922, y en la Unión Mexicana de Actores del Distrito Federal (l928), pero fue hasta l934 cuando adquiere su actual denominación y su nacimiento es como consecuencia de la promulgación de la Ley Federal del Trabajo que reconoció legalmente a los sindicatos, pero también influyó el auge del cine mexicano que propició la creación de una agrupación que protegiera el trabajo artístico.
A fecha suman l5 secretarios generales los que han estado al frente de esta agrupación: Fernando Soler (l934), Angel T. Sala, Jorge Mondragón, Mario Moreno “Cantinflas”, Jorge Negrete, Julián Rodolfo Landa (hermano del ex presidente Luis Echeverría), Jaime Fernández, David Reynoso, Ignacio Lopez Tarso, Julio Alemán, Humberto Elizondo, Aarón Hernán, Juan Imperio y la actual Lilia Aragón, la primera mujer en dirigir los destinos de la ANDA.
La gestión de los seis primeros puede calificarse de brillante por su entrega en la defensa del gremio actoral en una época en la que México producía un número importante de películas que hizo de la industria fílmica un gran generador de divisas creando fuentes de empleo y no se diga con el surgimiento de la televisión (l950) que consolidó el mercado laboral para los actores.
No obstante, los años de escándalos no tardaron en sobrevenir con líderes como Jaime Fernández (l966-l982), en cuya gestión surgió la disidencia al crearse en l977 el Sindicato de Actores Independientes (SAI) como consecuencia de la reelección de Jaime Fernández, pero sobre todo, por las acusaciones de corrupción sindical que pesaban sobre él.
Es así que unos mil actores, encabezados por Enrique Elizalde, abandonaron la ANDA el l4 de mayo de ese año y entre los artistas que emigraron estaban Carlos Ancira, Héctor Bonilla, Claudio Obregón, Luis Gimeno y Claudio Brook, lo que provocó una severa fractura al sindicato artístico.
El periodo de David Reynoso tampoco estuvo ausente de controversias al incurrir presuntamente en actos de malversación de recursos económicos, lo cual provocó un clima adverso en el gremio.
Julio Alemán y Humberto Elizondo protagonizaron enfrentamientos con algunos actores, tan sólo recordemos que Ernesto Gómez Cruz fue suspendido en sus derechos sindicales por sus fuertes diferencias con Elizondo.
Aunque Jorge Negrete tuvo un desempeño brillante, no podemos dejar de mencionar el incidente que protagonizó cuando el “Charro Cantor” expulsó de las filas de la ANDA a Leticia Palma que la marginó artísticamente y la protagonista de filmes como “En la palma de tu mano” nunca dejó de propalar la versión de que su salida del sindicato se debió a su negativa de acceder a las pretensiones del entonces gran representante de la canción ranchera.
Aarón Hernán pasó sin pena ni gloria que tuvo una serie de altibajos durante su mandato, sobre todo porque un problema de salud lo mantuvo ausente durante casi un año quedando en el cargo de manera interina Juan Imperio, quien al ser electo para el periodo 2002-2006 se le cuestionó la legalidad de su designación por supuestas irregularidades en la votación, por lo cual fue necesario un segundo proceso electoral que finalmente lo ratificó como líder, aunque no dejaron de escucharse las voces de inconformidad por su desempeño calificado de tibio y de escasa eficiencia en la consecución de fuentes de empleo.
El se va con una satisfacción a medias pues reconoce que se perdieron muchas fuentes de trabajo, sobre todo en el rubro de variedades, pero no deja de sentirse orgulloso por su labor en pro de los actores jubilados a quienes nunca dejó de brindarles servicios médicos y garantizarles su pensión.
Ahora Lilia Aragón comienza a escribir su propio historial y el tiempo ya la ubicará en su justo lugar como dirigente de la ANDA que agrupa a cerca de l5 mil socios a ni+vel nacional que enfrentan una crisis severa al ver reducidas sus expectativas de desarrollo artístico pues los que se produce en cine, teatro y televisión siempre serán insuficientes ante el creciente número de nuevos valores.